viernes, 18 de diciembre de 2015

Juan

- Hola, mi nombre es Juan, bendiciones. Sabían que ahora todo esto es estacionamiento tarifado? Voy a estar yo acá ahora y a la tarde mi hijo. Ustedes viven por acá no?
- Sí
- Bueno igual vos hacés horario de comercio, te lo llevas al auto después.
- Sí, después tenemos que arreglar.
- Señora, discúlpeme, usted ama a su hijo?
- Sí, por supuesto
- Bueno, entonces no lo lleve adelante. Tiene que llevarlo atrás porque, Dios no lo quiera, si pasa algo siempre son los chiquitos que salen disparados.
- No lo llevo atrás porque no tenglaksdshfsksamskdasmf.... Chau
- Chau, chau, bendiciones.


jueves, 15 de octubre de 2015

Aquí respondo yo

"¿Qué hacés trabajando ahí? ¿Y lo tuyo?", es la respuesta-pregunta que vengo teniendo hace 3 meses. Resulta que soy diseñadora gráfica, tengo mi propio negocio que supo ser un local durante 3 años y pico y que ahora sostengo desde mi casa. Por cuestiones de necesitar cierta estabilidad económica me metí a laburar en un call center, media jornada, tranqui 120. Por la siesta -y cuando tengo ganas- sigo con lo de diseño.

El tema es el siguiente. Como dije, en principio necesitaba saber que iba a contar siempre con cierta cantidad de dinero por mínima que fuera, como para andar tranquila y seguir "con lo mío" aparte. Con el tiempo me di cuenta de que nunca tuve compañeros de trabajo, un líder, una supervisora, una jefa de sector, marcar ingreso y egreso, justificar faltas, cumplirle "a otro", ganarme mi sueldo, levantarme a las 6 am sin chistar.
Por eso es que "lo mío" ahora es ser mamá, cuidar de mi hogar, de mi pareja, de mi familia y amigas, de ese mundo del que me desenchufo por esas cuatro horas que estoy "ahí". Y resulta que, señoras y señores, por el momento, eso me calza perfecto.



lunes, 21 de septiembre de 2015

Wonderwoman es un personaje de ficción

Mi hijo está en una etapa bastante particular, digamos. Será la "crisis de los catorce meses", ponele, quiero creer que tiene algún término psicológico que me absuelve de toda responsabilidad. El tema es que hoy fuimos al súper.

El pibe era un sólo alarido ahogado en lágrimas, manoteaba todo a su alcance y cuando no podía agarrar nada se aferraba al carrito como si fuera lo último que quedara en la tierra. Y en esa secuencia es que yo estaba intentando vaciar el chango sobre la cinta de caja con una mano, cuando levanto la mirada y veo que todos me miraban. Nos miraban. Y sólo hacían eso, no sé si es necesario que explique.
Alguna vez juré y recontra juré jamás llevar a mi hijo a un supermercado (por supuesto cuando ser madre estaba a años luz de mí) para evitar este tipo de situaciones, aunque mi enfoque en ese entonces era completamente diferente. Si no tenés ni shampoo para bañarte mañana y no tenés con quién dejar el bepi, y, no hay otra.
La verdad es que me sentí muy mal. Yo también quería largarme a llorar como él, de la bronca de no poder pedirle a nadie que me diera una mano, porque esas miradas no eran para nada compasivas. No quería que él se callara, quería irme de ahí lo más rápido posible y para eso necesitaba ayuda. Y nada.
Ni siquiera pude agradecerle como correspondía al cajero que fue muy amable en ayudarme a guardar las cosas en las bolsas de tela, y hasta eso me hizo sentir mal.

Quizás sea yo también la que está en una etapa particular, ahora que lo pienso. Crecemos juntos él y yo, nuestra relación tiene etapas buenas y malas, como las de cualquiera. Pero hoy sentí que no podía con todo. Y ahora que ya él se durmió, que yo me bañé, que bajé unos cuantos cambios, sigo sin poder perdonarme el no poder. Eso es lo que me molesta. No la falta total de solidaridad de desconocidos ni la falta total de tolerancia de mi hijo. Me molesta darme cuenta de que una persona necesita siempre de otras, hasta una madre que madre hay una sola.

Y bueno... mañana será otro día, que por supuesto empieza hoy. A ordenar. Buenas noches

miércoles, 26 de agosto de 2015

Crap crap crap

¿Cuándo decir la verdad de lo que uno piensa pasa el límite de la soberbia o la caradurez? ¿Cuándo uno le está tirando la posta o la mierda a un amigo? Es difícil a veces, me he dado cuenta que uno crece y conoce a la gente pero también se conoce a uno mismo. Y todos sabemos que todos tenemos nuestro lado oscuro, por más pequeño que sea, los demonios existen.
Las buenas intenciones son buenas pero de eso no se vive. Ni del amor tampoco, como nos dimos cuenta no hace mucho un día charlando con Anto (quería nombrarte guachina!). Pero bueno, decía que a veces puedo escudarme en mis intenciones de hacer un bien, y que siempre me puedo disculpar porque al fin y al cabo, "fue sin darme cuenta". Pero también en algunos casos que me recuerdan a mí pienso que me hubiese gustado que alguien me tirara esa posta alguna vez. Probablemente lo hayan hecho y yo no lo viví así, pero digo, qué loco como uno aprende de la gente. Por eso es bueno rodearse de gente copada.
Aprender a desprenderse de las malas vibras no es fácil. Sobre todo porque nos cuesta admitir que nos agota mentalmente oír esas malas historias que siempre cuenta. Y ahí vuelvo al principio, ¿cuándo soberbio, cuándo uno mismo, cuándo el otro?

domingo, 19 de julio de 2015

(sin título)

"La vida no nos sonríe, se nos caga de risa", me acuerdo que le dije a Sonia en una de esas conversaciones que flotan entre humo, cumbia y birra.
Una un poco aunque se haga la boluda se va poniendo más pilla y de repente algunas cosas que parecían inmanejables las tomamos con un vasito con soda. Pero más allá de eso, no les pasa que a veces sienten que TODO es como una nueva aventura, de "a ver con qué flasheada me va a salir la vida"? Quizás en realidad todos sienten lo mismo sólo que no se les nota o no sé, pero a mí me pasa eso. Que quede bien en claro que me parece GENIAL que así sea, pero digo, es lo inconstante de la propia constancia, que uno está condenado eternamente a no ser uno -justamente-, sino siempre estar dividido en dos, luchando internamente el corazón con el cerebro, la cabeza con la pija, el bolsillo con la integridad. En fin. Creo que son los guerreros de esas luchas los que hacen que todo parezca una aventura, puede ser que piense demasiado también.



viernes, 26 de junio de 2015

Agradecimientos

Biológicamente, hay que tener huevos para tener hijos. Pero después de concebido, con un buen par de ovarios basta.
La verdad es que te re portaste. No sólo me hiciste mamá sino que, como si fuera poco, hoy también soy papá (de hecho recibí un par de saludos el domingo pasado). O mamá doble, como suene más lindo. 
Gracias por limitarte a pasar dinero sin interferir en la crianza que estoy eligiendo para él. Gracias por nunca poner los huevos arriba de la mesa, ni siquiera para molestarme. Gracias por dejarme elegir a mí siempre. Gracias por seguir solito el camino de ida que te llevará a ese destino que jamás hubiese querido conocer con vos.
Que te vaya bonito, que no te vaya mal! ♫

lunes, 22 de junio de 2015

Dejarse estar

- Te dejaste estar- me dijo.
- ¿Que me dejé estar?
- Sí, eso tendrías que haberlo hecho antes.
- ...

"Antes" me recorrí 5 farmacias buscando el talquito y la enterogermina, que andá a saber qué es eso. "Que tengo uno pero no el otro". "Antes" fui a ver a la abogada y a dejar unos currículums por ahí. "Antes" me vine a trabajar, a limpiar la casa, a cuidar al nene, a cocinar... Pero no, tendría que haber seguido caminando hasta encontrar el condenado talquito que no tenía ni idea de la importancia que tenía y que nunca lo hubiese sabido si no me hubiera dejado estar. Al pibe se le paspó tanto la cola que no quería ni mojarse con agua tibia y lloró más que todas las veces en esa semana de gastroenteritis. Y la culpa que yo sentí esa tarde no me la olvido más. Ya no la siento porque después entendí otras cosas pero que no me la olvido, no me la olvido.
Creo firmemente que el pediatra se hizo pediatra porque pensó que no tenía que hablar tanto con sus pacientes. Creo que cada vez que abre la boca le duele tanto la mandíbula que prefiere limitarse a responder las preguntas que uno hace desde el escaso conocimiento y la exagerada preocupación, con un "no, es normal". Y escribir recetas indescifrables hasta para el más viejo experimentado de los farmacéuticos, con los que termino prendida del mostrador intentando recrear toda la consulta para que ellos entiendan de qué estamos hablando.
Después pensé que quizá si el pediatra en ese momento no se hubiese dejado estar con sus explicaciones, habría entendido que lo primero que tenía que conseguir era el FARM-X y no todos los otros medicamentos. Aunque ahora pienso que de otra manera me hubiese-dejado-estar con la enterogermina. No tenía chance de zafar de la culpa, porque un poco creo que eso sienten y sentimos todos los padres, todo el tiempo. Pero la realidad es que los pibes se enferman, se caen, se golpean, y así es la vida. Sólo tenemos que no-dejarnos-estar y consolarlos, poner la alarma para los remedios, siempre tener solución fisiológica, el agua hervida para la leche, el amor en todo lo que hacemos, la culpa en la cartera, y el teléfono del pediatra pegado en la heladera.



Welcome to the

Un poco porque a todos nos gusta el ventilete.
Un poco para cuidar a quienes no quieran encontrarse con mis verdades en Facebook así de zopetón. Como que de última si entran a leerme ya están bajo su propia responsabilidad (pará, flaca! qué vas a publicar?)
Y mucho más porque amo escribir.
Y me pasan tantas cosas que a veces se me escurren entre tantos pensamientos y quiero dejarlas asentadas por ahí... al menos hasta que deje de interesarme, como suelo hacer con estas cosas.
En fin.
Bienvenidos!