domingo, 19 de julio de 2015

(sin título)

"La vida no nos sonríe, se nos caga de risa", me acuerdo que le dije a Sonia en una de esas conversaciones que flotan entre humo, cumbia y birra.
Una un poco aunque se haga la boluda se va poniendo más pilla y de repente algunas cosas que parecían inmanejables las tomamos con un vasito con soda. Pero más allá de eso, no les pasa que a veces sienten que TODO es como una nueva aventura, de "a ver con qué flasheada me va a salir la vida"? Quizás en realidad todos sienten lo mismo sólo que no se les nota o no sé, pero a mí me pasa eso. Que quede bien en claro que me parece GENIAL que así sea, pero digo, es lo inconstante de la propia constancia, que uno está condenado eternamente a no ser uno -justamente-, sino siempre estar dividido en dos, luchando internamente el corazón con el cerebro, la cabeza con la pija, el bolsillo con la integridad. En fin. Creo que son los guerreros de esas luchas los que hacen que todo parezca una aventura, puede ser que piense demasiado también.