miércoles, 26 de agosto de 2015

Crap crap crap

¿Cuándo decir la verdad de lo que uno piensa pasa el límite de la soberbia o la caradurez? ¿Cuándo uno le está tirando la posta o la mierda a un amigo? Es difícil a veces, me he dado cuenta que uno crece y conoce a la gente pero también se conoce a uno mismo. Y todos sabemos que todos tenemos nuestro lado oscuro, por más pequeño que sea, los demonios existen.
Las buenas intenciones son buenas pero de eso no se vive. Ni del amor tampoco, como nos dimos cuenta no hace mucho un día charlando con Anto (quería nombrarte guachina!). Pero bueno, decía que a veces puedo escudarme en mis intenciones de hacer un bien, y que siempre me puedo disculpar porque al fin y al cabo, "fue sin darme cuenta". Pero también en algunos casos que me recuerdan a mí pienso que me hubiese gustado que alguien me tirara esa posta alguna vez. Probablemente lo hayan hecho y yo no lo viví así, pero digo, qué loco como uno aprende de la gente. Por eso es bueno rodearse de gente copada.
Aprender a desprenderse de las malas vibras no es fácil. Sobre todo porque nos cuesta admitir que nos agota mentalmente oír esas malas historias que siempre cuenta. Y ahí vuelvo al principio, ¿cuándo soberbio, cuándo uno mismo, cuándo el otro?